Los tipos móviles, un gran salto

La invención de los tipos móviles suele atribuirse a Johannes Gutenberg, orfebre e impresor alemán, en la década de 1440, pero algunas voces afirman que su invención se debe a Laurens Janszoon Coster, de los Países Bajos o a Panfilo Castoldi, de Italia. Sin embargo el verdadero precursor del invento revolucionario de Gutenberg fue el sistema inventado por Bi Sheng en China entre 1041 y 1047, que fue perfeccionado por Chwe Yun-Ui en el año 1234, aproximadamente, durante la dinastía Goryeo de Corea. Esta fue la primera vez que se utilizo el metal en lugar de la frágil arcilla o la delicada madera.
Dejando a un lado esta discusión de quién fue el verdadero "Padre de la Imprenta" queda en claro que la invención de la imprenta supuso la producción en serie de libros que previamente debían escribirse a mano. Además, los tipos móviles permitían reutilizar los caracteres del texto, con lo que se ahorraba tiempo y dinero. Esta tecnología constituyo la base de la industria de la impresión hasta la llegada de la impresión por metal caliente.

El primer libro impreso por Gutenberg entre 1452 y 1456 fue la Biblia de las 42 líneas, también conocida como “La Biblia de Gutenberg” constaba de 42 líneas, dos columnas y 1282 páginas. Se imprimieron 180 copas de las cuales solo quedan 48 ejemplares.
Los problemas políticos en su ciudad natal Maguncia hicieron que los alumnos de Gutenberg se dispersasen por toda Europa difundiendo la nueva técnica de impresión conocida como tipografía.
Dado que esto fue un paso muy importante para el armado de libros y tener registros de los sucesos importantes, esto también fue un gran paso para la sociedad europea, ya que facilito a la sociedad mayoritariamente analfabeta a tener la posibilidad del aprendizaje del lenguaje escrito. Ya que los libros se publicaban a bajo costo era muy fácil de conseguirlos por cualquier persona que no poseía un alto poder económico, asimismo se intensificaron las comunicaciones, y lo más importante el poder (de poderío) de saber que ya no era de unos pocos sino de una multitud ansiosa de conseguir tener ese mismo poder. Esto facilito aún más el buen camino de la cultura, el arte, las ciencias y creencias de la sociedad.