El comienzo del cartel y del Art Nouveau

En 1866, Jules Chéret (1836 – 1933) empezó a producir en Paris carteles litográficos en color con su propia prensa.
La litografía no era un procedimiento nuevo lo había inventado Alois Senefelder en Austria en el año 1798, aunque su método se perfecciono después. En 1858 Chéret realizó su primer diseño litográfico en color: Orphée aux Enfers.

Pero Chéret pasa a la historia con su regreso a Paris tras siete años de Inglaterra; en ese momento ya con una nueva maquina. Chéret dibuja directamente sus diseños en la piedra litográfica, luego los textos eran añadidos por Madaré (un amigo que murió en 1894) lo que afirma que era un excelente ilustrador y no publicitario.
Chéret se basó en los murales europeos; composiciones alargadas, verticales y rectangulares de Tiépolo. Aparte de la influencia de Tiépolo, se puede detectar en su técnica de dibujo cierta similitud con Fragomand y Watteau.

La razón de que el nombre de Chéret haya llegado a ocupar el primer lugar en la historia del cartel, no fue porque sus diseños sean una obra maestra del arte publicitario, sino que sus carteles, más de mil, son magníficas obras de arte. En lugar de hacer murales de extensos lienzos de salón, encontró un nuevo lugar para sus obras: la calle. Los carteles de Chéret aparecieron como una forma artística nueva y vital sobre las paredes parisinas. Gracias a esta exhibición pública se llego a decir que las calles eran una galería de arte.
Chéret creó un tipo de mujer joven que pronto se convirtió en representativo de todo un concepto popular. Aparece en los carteles bailando, riendo, saltando y con actitudes muy femenina; las mujeres parisinas trataban de imitar sus aspectos.

Artistas más jóvenes como Toulouse-Lautrec y Bonnard llegarían aún más lejos. Henry van de Velde, uno de los grandes portavoces del Art Nouveau, menciono a Chéret como uno de los precursores más importantes de este movimiento de las artes decorativas.